El mejor poema del mundo está escrito en una botella que alguien arrojó al mar, y tal como dejó la mano, trascendió lo humano, y se echó a navegar. El mensaje que nunca espera ser encontrado no tiene dueño, es esperanza, no tiene tiempo ni añoranza; nunca se sabrá descubierto, y sin embargo, tiene un destino preciso y cierto: superar las olas y vencer al viento; ser testigo mudo de que algo del alma que queda en las palabras, será entregado de su sello abierto; un saludo, un destello, una mirada, y tal vez, una sonrisa largo tiempo planeada.

Jose A. García Gutiérrez, 2020

Voyager 1
Recreación artística de la sonda Voyager 1